jueves, diciembre 22, 2011

Donde van los miedos

No respira más.
He ganado una entrada a donde
las piedras se anudan a los troncos
Me he perdido la salida de las estrellas
que desdeñaron de mi absurda necesidad
de seguir

Está delimitado por los marcos de madera.
Y trato desesperadamente de luchar
contra las sombras que se apean del cristal
Dudo por segundos, parece que el tictac
del reloj que se detuvo,
me sentencia

Y cae el peso que cierra el infinito
Me queda de consuelo la eternidad
aferrado al terror del solitario confinamiento
¿Cuántos sueños que corran sin piernas,
necesito para entrar al infierno?
Son muchos


Abre y cierra los ojos, da igual.
Siento como se deslizan las ideas
en la base de hedor y carroña
He perdido unos gramos de fé
he ganado un costal de paciencia
Y espero.

Recuerda cuando la vida era falsa.
Y presiento que esto es lo más real
de esa tira de impresiones sensoriales
Arrastré a mi miseria las memorias
ahora que puedo correr la película
por siempre.

Se pregunta porque en ese momento.
Inconclusa, dejando en reservas
esas fotos que no serán tomadas
No reiré por aquellos instantes
que pudieron ser de todos los más bellos
de mi vida.

Se despide sin que lo escuchen
¿Qué se deja sino retazos culposos
del escaso recurso de espacio-tiempo?
Viajaré sin salir de mi lecho
Amaré sin besar tiernamente
tus mejillas.

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