jueves, mayo 10, 2012
All You Need Is Love
Quería empezar con esa hermosa melodía de los Beatles para este artículo. Sucede que a veces quiero ver al mundo como ese lugar que el amor debería llenar.
Yo se que ya me había despedido de este lugar, que había dado la espalda a les vieux temps y seguí mi vida por otro rumbo. Pero es imposible abandonar un cuaderno cuando se le ha puesto tanto y tanto y te ha pedido tan poco. Bueno. Así están las cosas, escribiré cuando yo quiera y me leerás cuando tú lo desees. Tú yo no tenemos secretos entre nosotros, y nada nos obliga. Asi que "All You Need Is Love".
En este mundo convulsionado del Nuevo Orden, el ser humano ha degenerado por completo su sentido de alerta. Dependemos de los medios (nuevos y tradicionales) para que nos digan cual es la versión aceptable de la realidad.
El ser humano ha perdido la capacidad de ser crítico, todo lo necesita desmenuzado y empezamos a resentir esa falta de práctica en el deporte de la lógica. Hay demasiada información, pero poco conocimiento y el hedonismo está reemplazando la instrospección. La velocidad a la que llevamos nuestras vidas nos impiden mirar al entorno y muchas veces aquello que debiera ser obvio para muchos, es pasado por alto por la mayoría.
Ayer un sacerdote increpaba amargamente a un periodista por informar de la temática de las adopciones por parte de las familias homoparentales, orientando a la audiencia hacia una actitud tolerante, aunque un tanto pasiva. Mañana será un político quejándose de la violencia a la que incitan las canciones de rock. Siempre habrá un mañana para rezarle a Satanás y llenar de odio este pequeño planeta.
No sólo hemos permitido que piensen por nosotros y nos alimenten de basura informativa, sino que ahora también permitimos que sientan por nosotros e implanten emociones. Muchas de ellas negativas.
Y sigue sonando la letra de los Beatles y la verdad sea dicha es esa. Nos falta el verdadero amor a la vida, a nuestros semejantes. Eso se refleja en nuestra actitud destructiva hacia el entorno. Se nota en las demostraciones de violencia irracional y en todas las guerras. Tan culpables somos por no hacer nada al respecto, como lo son los que se benefician directamente.
Nuestro único Dios es el dinero, el ansia de poder. Consumimos y nos consumimos lentamente en la consecución de nuestros placeres carnales, sudando el ansia hedonista. Ensenamos a nuestros hijos - con nuestro patético ejemplo - que lo importante es tener un título universitario y una carrera para poder tener un buen trabajo y ganar mucho dinero y "ser alguien en la vida'.
Jamás les decimos que los títulos son un papel que certifica que se ha cumplido el verdadero objetivo de asistir a la Universidad, el cual es obtener conocimiento útil y superar nuestra ignorancia. Nadie les dice que para ser "alguien en la vida" basta con nacer y que la superación personal no se basa en cuanto dinero puedas producir. Que el éxito no se mide en cuantos carros y casas puedas comprar.
Y quizá sea más triste el hecho de que estamos viviendo en una sociedad desigual que le echa la culpa de sus males a los gringos, al Banco Mundial, a los pelucones y a los malos Gobiernos. Como si los gringos tuvieran tanto tiempo como para fijarse todo el día en nosotros y plantear planes que nos mantengan en la pobreza. Y claro, los pelucones son detestables, pero están en una sociedad que los "odia" de dientes para afuera, porque para sus adentros, el mismo que los critica sueña con ser uno de ellos.
Dicen que los Gobiernos son un fiel reflejo de la sociedad que los elige. Y así debe ser, porque si vivimos en una sociedad que pondera el caos por encima del orden, que aplaude con admiración al corrupto y que piensa que "alguien" debe hacer algo para solucionar sus problemas, no puede estar tan mal ubicado el tipo de Gobierno que se tiene.
La cosmovisión que tenemos del mundo que nos rodea está tan reducida y tan afectada de vicios que - hoy por hoy - pocas personas ven realmente al mundo y lo interpretan a su criterio. Si así fuera la verdadera diversidad de pensamiento (esa nube libre y agitada que provoca las tormentas ideológicas) afloraría al tenor de una sociedad que no encuentra la salida a sus crisis. Pero, no. Lo que encontramos es una caterva de borregos que repiten sin cesar las ideas que otros les hacen deglutir, sin pensarlas, sin razonarlas, sin hacerlas suyas más que para repetirlas. Ese es el estado de las cosas en nuestra sociedad.
Y sigo pensando que todo lo que necesitamos es AMOR. Amor a la madre Patria ÚNICA y VERDADERA que es este planeta. AMOR a nuestros semejantes que eleve nuestras conciencias hacia el verdadero valor de la vida. AMOR a nuestras familias para evitar ser parte de la cadena consumista que nos ata y destruye lo básico. AMOR a nuestros hijos para lograr entender que damos un pésimo ejemplo con nuestra doble moral y nuestro silencio frente a un televisor. AMOR por el aire puro, para empezar a ahorrar y dejar de comprar estupideces que realmente no necesitamos. AMOR a nuestros trabajos, y no a trabajar en si, queriendo dar a entender que no se trata de pasar 16 horas trabajando, sino de invertir 7-8 bien trabajadas para conseguir los resultados. AMOR a nosotros mismos, para darnos cuenta de que nos hacemos un daño al vivir para proporcionarnos únicamente los placeres. AMOR a nuestros conciudadanos para entender que todos dependemos los unos de los otros y que enseñar a los demás el camino es una obligación, aunque los demás no estén obligados a seguirlo.
Todo en esta vida debe girar en torno al amor. Creo que ese era el mensaje de Jesucristo, y no que le construyan una Iglesia para adorarlo eternamente. Para los que creemos en Cristo, lo único que debemos hacer para honrarlo es llenar nuestras vidas de amor.
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