miércoles, mayo 02, 2007

Siguiendo la intuición

Si te has preguntado porqué a veces parece que hemos cometido un error de la manera más involuntaria y pasado un tiempo revisas de forma introspectiva la secuencia de sucesos que se desataron, sólo para comprobar que ese pequeño error de tu pasado en realidad era necesario cometerlo, entonces no eres el único.

En más de una ocasión en la vida, he tomado una que otra decisión que he lamentado formidablemente en el mismo instante en que actué conforme a lo decidido.  Pero, al parecer, al final la ruta de destino de la vida me ha llevado a la conclusión nada equívoca de que no había bajo el contexto del pasado otra solución más valedera y duradera que la tomada.

Me pasó con la carrera a estudiar.  Me sucedió nuevamente con una ex- de mi viejo pasado.  Y así ha sucedido en múltiples ocasiones en las que he sentido que literalmente he hecho la "cagada", pero que por razones incomprensibles a mi intelecto inmediato ha forjado mi futuro de la manera en la que lo percibo actualmente.

Creo - casi sin temor y con poco espacio para la duda - que se trata del mecanismo intuitivo del ser humano.  Ese, precisamente ese que está tan desarrollado en las mujeres y que en los hombres actúa de forma un tanto más velada.  La intuición que nos permite ver "más allá de lo evidente".  A cada capítulo de nuestra vida, tomamos muchas de nuestras decisiones basados básicamente en la intuición.  En ocasiones, claro está una mezcla de influjo a medias del ego y el resto pura racionalidad, impedimos que esa "corazonada" sea la que nos permita discernir sobre que vía tomamos cuando topamos con un crossroad.

Debo suponer, asimismo que si bien es cierto el destino de cada ser humano se decide 50% por sus acciones deliberadas o inintencionales y la otra mitad por la acción conjunta del organismo social del que forma parte; tampoco se podría decir que todas las decisiones intuitivas producen  buenos resultados a corto o mediano plazo.

"Lo sospeché desde un principio"

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